Los aficionados del baloncesto recordarán la noche del 13 de abril, para algunos la madrugada del 14— como una de las más importantes del deporte. No sólo por los récords que se rompieron, ni por los espectaculares partidos, sino porque se confirmó que hay dos jugadores que ya pasaron a la historia: Kobe Bryant y Stephen Curry.

“Mamba Out”:

El primero, Bryant, se retiro como uno de los más grandes jugadores de todos los tiempos, tras una temporada de despedida anunciada, en el que en cada estadio era ovacionado por rivales e hinchas, jugó su último partido con los Lakers marcando 60. A pesar de que esta fue quizás una de las peores temporadas del equipo angelino, Bryant disfrutó como nunca en su año 20 en los Lakers y en la NBA, aún queda el talantoso del jugador que ganó 5 campeonatos y dos oros olímpicos y que fue dos veces el mejor anotador de la liga. Es el tercer anotador histórico de la NBA, sólo detrás de Kareem Abdul-Jabbar y Karl Malone. Es además el jugador más veterano en anotar más de 60 puntos en la historia de la NBA.

Su estilo, versátil, ágil y escurridizo, le valió el apodo de “Black Mamba,” y no son pocos quienes lo comparan con el más grande de la historia, Michael Jordan, con quien compitió durante varias temporadas. Varios videos comparan jugadas “idénticas” de ambos jugadores.

En su despedida, acompañado de su familia, de muchas estrellas de Hollywood ,—Jay-Z, Jack Nicholson— de exjugadores de los Lakers como Shaquille O’Neal y Magic Johnson y de una afición extasiada, Bryant mostró su mejor repertorio y, tras agradecer a sus seguidores y al equipo del que siempre fue hincha, dijo adiós: “Mamba out.”

El número 24 marcó no solo una época en los Lakers, sino toda la NBA.

Curry y el récord de los 73:

Parecía difícil que un equipo superara la gesta de los Bulls de Chicago de los noventa que ganaron dos tripletes de la mano de Michael Jordan. Pero bastó con la magia de Stephen Curry, el rey absoluto de los tres puntos, para que los Warriors de Golden State rompieran el récord de 72 victorias no consecutivas en una temporada regular. Llegaron a 73 y no parece que su racha victoriosa vaya a terminar en los playoffs.

La marca tiene un valor especial si se tiene en cuenta que el entrenador de los Warriors es Steve Kerr, quien ganó esta marca como jugador y ahora como técnico: hizo parte de aquél equipo inigualable de los Bulls del récord anterior.

Pero no fue el único récord roto. Curry llegó a los 400 triples en una temporada regular. Una marca impresionante, si se tiene en cuenta que el anterior en romper el récord antes de Curry fue Ray Allen en la temporada 2005-2006 con 269 triples y que de los cinco primeros registros de triples por temporada, Curry ocupa tres posiciones (temporadas 2015-16, 2014-15 y 2012-13).

“Chef” Curry los marca desde todas las distancias, con el tiempo encima y la campana apunto de sonar. Y sus triples son el estandarte de unos Warriors que este año consiguieron ganar 24 partidos seguidos al inicio de la temporada, llevan una racha de 54 victorias como local (desde la temporada pasada), 34 victorias al hilo, no han perdido dos veces con el mismo equipo y no han sido derrotados dos veces en línea. Así las cosas, Curry se enfila hacia su segundo MVP, y con méritos de sobra.

Casi sobra decirlo, Curry es el nuevo rey de la NBA. Es, quizás, el sucesor directo de los reyes anteriores, el que acaba de retirarse, Kobe, y al que reemplazó el mismo Bryant, Michael Jordan. ¿Y LeBron ‘King’ James? Ya fue opacado el año pasado por el poder de Curry, y aun le falta levantar un título con los Cavaliers como lo hizo dos veces con los Heat. Es otro de los llamados a hacer historia, pero por lo pronto Curry lo ha dejado en un segundo plano.

¿Son mejores los Warriors que los Bulls de Jordan? Aún falta que ganen los mismos títulos. Pero el debate está abierto. Scottie Pippen, uno de los referentes de esos Bulls y el compañero por excelencia de Jordan, dijo que sus Bulls “barrerían” 4-0 en una final a los Warriors.

Quizás tenga razón: una cosa es Curry, pero los Bulls, además de Jordan, contaban con Pippen, Dennis Rodman, Toni Kukoč y Ron Harper.

Lo cierto es que, al menos para el presidente Barack Obama, los aficionados no se divertían tanto con un jugador desde Jordan.