Este verano fue esperado ansiosamente por muchos, ya que el estado se estaba abriendo nuevamente después de meses de medidas de cuarentena, con el creciente número de personas vacunadas. En cambio, los casos de COVID-19 aumentaron debido a la variante Delta y los sentimientos contra las vacunas, lo que provocó que Florida experimentará un máximo histórico en los casos.

El gobernador de Florida, Ron DeSantis, aprobó varias órdenes ejecutivas el 30 de julio que prohibía a los distritos y pequeños gobiernos estatales instalar mandatos de mascarillas y otras medidas de protección. También anunció que no se requerirían máscaras en las escuelas a partir del otoño. Si los superintendentes y otras autoridades similares instalarán tales medidas, serían penalizados. DeSantis también dejó que las empresas tomaran sus propias decisiones con respecto a la obligación de vacunas en lugares de trabajo como hospitales y consultorios médicos.

La vacunación ha experimentado resistencia en Florida a medida que los sentimientos contrarios a las vacunas han continuado extendiéndose por todo el estado. Solo el 51.56% de la población total se ha vacunado por completo, pero muchos otros dudan la eficacia de dicha vacuna. En la actualidad, aproximadamente el 94% de los pacientes con COVID-19 en la unidad de cuidados intensivos no están vacunados.

Con el comienzo de la escuela y las clases comenzando nuevamente, se espera que el número de casos aumente nuevamente. Para evitar esto, las escuelas están tomando medidas como mantener los mandatos de máscaras, el distanciamiento social y seguir el proceso de asientos asignados para mantener al mínimo la cantidad de estudiantes contaminados y en cuarentena. Los maestros están dando menos tareas en papel y priorizando el uso de computadoras. A pesar de todo esto, no se puede decir cómo impactará el COVID-19 en la educación de los estudiantes este año.

“Creo que lo principal que se podría hacer para frenar la pandemia es vacunar a la mayor cantidad de personas posible y promover el uso de las máscaras,” dijo la estudiante de segundo año Emily Kardjian.

Además, la variante Delta comenzó a extenderse en la Florida durante el mes de julio. Esta variante se originó en la India y es más contagiosa que el COVID-19 original. Los científicos aún no están seguros sobre cómo la variante afectará la eficacia de la vacuna. La variante Delta ya representa más del 50% de los casos de COVID-19 en los Estados Unidos y ha superado globalmente los 200 millones de casos.

“Ahora, con esta nueva rama y en una posición similar a la del año pasado, es realmente preocupante la naturaleza infecciosa de la variante, especialmente con los niños,” dijo la estudiante de segundo año Amalia Garrido.

Con la política continua del gobernador DeSantis de reabrir Florida, la variante Delta continúa extendiéndose. A medida que los estudiantes en todo el estado regresan a las clases, aún no se ha determinado si se pueden administrar el número de casos.